domingo, 11 de noviembre de 2012

Okita



David siempre quiso que Okita tuviera tramas y texturas. Quizá mi Okita era muy plana y tenía demasiado pelo.
Esta nueva Okita ha perdido la melena, sonríe menos y ya no es tan niña.
Los pulpos amarillos ahora son verdes y no tienen tentáculos.
El club de los sueños se ha parado.

Se ha parado, pero David siempre quiso que Okita tuviera texturas...
Okita quería que Andrea fuera otra cosa...
Ninguna quería que los sueños se pararan...

 Nadie consiguió su objetivo.

domingo, 5 de agosto de 2012

Cerrojos I



 



La dama blanca ha salido ha pasear, lleva kilos de cerrojos entre las manos, y en su mente la proyección de un montón de llaves. Se adentra en las calles del recuerdo, porque necesita tapiar sus puertas, se acerca a las puertas del presente para desbloquear el paso. Otea las lejanas puertas del futuro, de soslayo, y con miedo.

La dama blanca deambula con lápices en las manos. Ya no quiere dibujar con oleos permanentes...
La dama blanca relee libros del pasado y entorna la mirada, piensa en quien se lo regaló, cuando lo hizo y porque no lo olvido.

La dama repasa las cartas que escribió, pero se le mezclan sus líneas con las de los libros que recuerda. Siente, como en un sutil homenaje, sin saberlo, ha recreado la historia imaginada por Baricco, y se da cuenta que lleva escribiendo cartas de amor a alguien a quien aun no ha conocido, porque cree que algún día, cuando aparezca.. él querrá saber cuanto le echó de menos.
La dama blanca se pone triste al darse cuenta de que no recuerda si en Océano Mar, la mujer deseada llegó a aparecer en algún momento, así que mira las cartas mientras se desborda en la pereza.
No ha visto ciudades que no conoce, no ha saboreado platos que no comido, no ha abrazado a personas con las que jamás se ha cruzado. Hay muchas cosas que no ha vivido, y no puede entender porque las añora tanto.

Ha mirado sorprendida los candados color ocre que pesan entre las manos. Analiza el final de una esquina que marca el insoportable límite de la seguridad que por conocido escuece; la esquina que indica el principio que por desconocer acobarda. Mira los lados de la calle y mira sus pies. Mira el cielo y mira sus dedos. Mira la señalización de la calle, los kilómetros de tendido eléctrico que va a los lugares que no conoce. Mira al frente y ve su reflejo en los cristales... mira aquello que realmente no soporta…

Cuando cierra los ojos, los candados desaparecen, baila con sus sueños y esos ratos es feliz



domingo, 8 de abril de 2012

Ouch

Para escuchar ;

Sia Breathe me

La primera vez que se vieron fue en un aeropuerto.

Ella, fumaba despreocupada, con una mochila al hombro que “parecía casi vacía”.
Él se paseaba nervioso, arrastrando una maleta que contenía el desanimo de sus últimos días, de muchísimos últimos días.
Ella acababa de llegar y buscaba un lugar donde quedarse dormida; él buscaba donde ir, aun no tenía, ni quería un destino.
La última mañana, después de demasiado tiempo en la sala de espera de un aeropuerto de solo dos puertas, la llegada y la de salida; se levantó y dejó a su lado la mochila, esa que “parecía casi vacía”, contenía un libro, usado, arrugado, que pedía a gritos ser quemado. Que pedía a gritos dejar de ser escrito.
En la última página pudo leer el fragmento de la historia de ella que le pertenecía:





Llegaste a mí en el momento en que el tiempo se te escapaba de las manos. Llegaste aquí con los bolsillos repletos de dudas, arrastrando tu alma, con surcos de millones de preguntas en las cicatrices de tu rostro.
Paseabas por senderos grises, apagando las luces en tu camino, dejando un rastro de olvido en la humedad de las aceras, sembrando construcciones con pilares de ruinas.
Por no seguir el rastro de tu oscura tristeza, observé en calma tus ojos dormidos, rendida al deseo de encender una luz entre tantas sombras. Aprendí a girar mi reflejo para que sintieras ajenos mis defectos. Y desee que, al menos eso, fuera eterno.
Pero al final, olvidé que había aprendido a disimular.



Nunca imaginé que desear encender tus luces… agotaría mis baterías.
Ahora… soy yo quien necesita ayuda, de verdad que necesito ayuda!





SUENA: Breathe Me - Sia

Help, I have done it again
I have been here many times before
Hurt myself again today
And, the worst part is there's no-one else to blame

Be my friend
Hold me, wrap me up
Unfold me
I am small
And needy
Warm me up
And breathe me

Ouch I have lost myself again
Lost myself and I am nowhere to be found,
Yeah I think that I might break
I've lost myself again and I feel unsafe

Be my friend
Hold me, wrap me up
Unfold me
I am small
And needy
Warm me up
And breathe me

Be my friend
Hold me, wrap me up
Unfold me
I am small
And needy
Warm me up
And breathe me

martes, 24 de enero de 2012

Principio perfecto

Para escuchar:

Fink - Walking in the Sun




Del sótano, a la escalera, de la escalera al tejado… y del tejado al cielo.

Repite tus gestos tantas veces como sea necesario, repite los ritmos, repítelos hasta que dejen de tener sentido, repítelos hasta que pierdan el alma, el dolor, los colores, los matices, las sombras. Repítelos… y simplemente…despídete de ellos, diles adiós…

Cuando los memorices, se irán, pero con los pies descalzos, de puntillas y sin hacer ruido.

Entonces, sin la monotonía del error, podrás abrir los ojos y caminar sobre el sol.


Prueba de estilo desestimada (pero por completo) para una serie y proyecto que tengo en mente.
El proyecto está basado en las imágenes de mi querido amigo y maravilloso fotógrafo Javy Sánchez. Colaborando con él solo pueden salir cosas buenas.
La protagonista es la preciosa, misteriosa y oscura fotógrafa Amaya (la churri)
Gracias a los dos!