miércoles, 17 de diciembre de 2008

Qué es un Ángel sino un Demonio travestido?



Video, mi "lugar".



Un día le dije a un sabio amigo, hablando sobre la poética de las llamas, que la luz oscilaba de izquierda a derecha: él me dijo que siempre era mejor ese sentido que de atrás hacia delante. Cada vez me parecen más sabias aquellas palabras, sobre todo si se trata de luces que riegan las jornadas de vacío. Lo que no entiendo, es como aun pueden prender los infiernos…
Ahora se perfectamente porque en esa dirección arde mucho más, y que dejar libre ese movimiento es tan absurdo como cuando erramos pensando en giros de 360 grados, cuando eso solo significa volver al mismo lugar; cuando los 360 grados no tienen separación ni con nada ni con nadie, sino que son una ridícula superposición de hojarasca para quemar. Y dudo mucho poder llegar a comprender porque siempre parece que nos engañamos en múltiplos de cinco grados… quemando el ahora y lo quedaba de ayer.
Lo adecuado seria esforzarse en escapar de ese movimiento de la llama, quitarse los zapatos antes de tumbarse sobre el futón, y esperar que cuando se relajen los músculos, con los ojos cerrados, no aparezcan visitas inoportunas en el lugar de retiro, que vienen desde movimiento equivocado de la llama.
Cuando se tienen los ojos cerrados debería dejar de tronar
Y cuando permanecemos despiertos, el viento silbar solo en una dirección…
Quizá solo porque esperamos que el vuelo de las aves no sea temporal, sino que permanezca; queda comprender que le falta a las montañas para que ya no florezca lo que antes echaba raíces, sobre todo para colocar cada cosa en su tiempo, y dejar de transplantar verde césped que ya no tiene sitio.
Quizá… para que sigan siendo hermosas aves, y no personajes de cuentos de terror, los que vuelan sobre nuestras cabezas.
He averiguado, que el mayor trasformista está en uno mismo, y es el que no controla ni el movimiento, ni la pasividad de las brasas… es el que se engaña, el que está vendido, es, sobre todo… el que no acepta…

He recordado aquellas palabras al colgar este dibujo porque cuando se lo enseñé al mismo sabio amigo, esbozó media sonrisa…
La media que se reservó era la compresión de él que pensaba lo mismo, y con ese gesto me enseño, que todos, si estamos vivos, nos encontraremos amarrados en la convicción de que todo en nuestros mundos tiene dos caras… la de ángel y la de diablo.

No hablo de personas, sino de sensaciones…De cuando los Ángeles travestidos somos nosotros mismos y en esa disyuntiva interior, sus sombras nos exaltan los reposos.