
Un acento andaluz para perder la cabeza
Miradas detrás de un café de varios días
Un poema para extender un puente
Deleitar jazz y escucharlo a el
Amanecer en un nido modelado por cigüeñas
Cielo…
Le pidió que la lluvia nunca borrara de aquellas calles su recuerdo
El le cantó con acento andaluz amor al oído,
Y le contó cuentos.
Recoger su mano caída a lo largo del cuerpo
Posarla sobre el corazón en una larga despedida
Llover torrentes cuando creía que había sequía
Volver a escuchar su acento andaluz después de kilómetros de tiempo
Le hizo pensar porque eliminar esa distancia acobardó lo que sentía.
Hoy el tren de la melancolía ha descargado de nuevo
Un cajón con dibujos de su cadera tatuada
Y sus ojos de poeta
Porque te amó lo alejaste abrazada a tu amiga cobardía
Muchacha, solo puedo decirte sueña y sonríe
Solo puedo decirte, Andrea, que olvides
No oirás de nuevo su acento andaluz mientras canta y dice cielo…
No ha de servirte ahora viajar en un tren cuyo único destino se llama melancolía.
Alegra, al menos, tu triste mueca
Pues después de años de silencio, se le escapó, de nuevo, un dulce cielo